Reflexión crítica acerca de la televisión y
los niños y propuesta docente para convivir (o no) con esta tecnología dentro y
fuera del aula.
Bajo mi punto de vista, la
televisión es tan “buena” como “mala”. Podemos observar que esta tecnología
tiene muchas ventajas, como pueden ser la emisión de programas educativos, el
entretenimiento y la motivación de los niños (incluso útil en la escuela), hace
llegar hasta el niño información de contextos muy lejanos, les acerca a otras
realidades, hace volar su imaginación, … Pero, además de esto, tiene muchas
consecuencias negativas, que tanto padres como docentes debemos tener en
cuenta, tales como la transmisión de valores negativos o violentos, la falta de
socialización, el niño es un objeto pasivo que simplemente recibe estímulos sin
que exista interacción, falta de adecuación de programas para la edad de los
niños o para el horario,…
Si bien, son muchos los peligros
que afectan a los alumnos al ver la televisión, en mi opinión todos sus efectos
negativos se pueden solventar de una forma muy sencilla: mediante el control de
los padres. Si cuando un niño ve la televisión los padres están pendientes de
la emisión que están viendo, no habrá ningún problema en cuanto a los
contenidos que lleguen al niño, puesto que serán los padres los que decidirán
si un programa es adecuado o no para el pequeño. Asimismo, son los padres los
que deben controlar el tiempo que un niño pasa delante de la pantalla, puesto
que el tiempo excesivo dedicado a esta es uno de los problemas más habituales,
cosa que también recae en manos de los padres.
En mi opinión, es importantísimo
tener en cuenta que debemos convivir con este medio, puesto que es imposible pensar
en la exclusión de éste de la vida de los niños. Por lo tanto, lo que debemos
hacer desde la escuela es dar una respuesta y no hacer como si el problema no
existiera.
Como docentes, podemos colaborar,
en primer lugar, utilizando de forma adecuada este recurso en el aula, puesto
que siempre que la actividad esté correctamente programada su uso será
beneficioso. Por ejemplo, podríamos
dedicar un periodo de tiempo de los días que se acuerden en la semana a
utilizar este recurso, es decir, programar que todos los viernes se realiza una
actividad de media hora con la televisión. De esta forma, además de beneficiarnos
de este recurso en el aula, estamos concienciando a los niños de la importancia
de utilizarlo el tiempo adecuado.
Asimismo, tampoco se debe obviar
la existencia de la televisión fuera del aula, por lo que es mucho mejor
transmitir unas pautas que hagan que la utilización de este medio sea la
correcta. Tanto en asambleas como debates se podría hablar sobre este tema
(tiempo que dedican a ver la televisión, programas o series que suelen ver,
cómo reaccionan cuando papá o mamá les comunica que es la hora de apagarla,…).
Mediante esta actividad y muchas otras podemos explicar a los niños cuál es la
forma adecuada de utilizar este medio.
En relación a esto, dejo un enlace de una noticia sobre la Televisión en el aula, colocada en mi blog de Educación y Sociedad: Noticia sobre Televisión en el aula.
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